segunda-feira, 22 de dezembro de 2008

puta la mierda

Ojalá fuera más amiga de una mina.
Ojalá tuviera amigos, valentina.
Ojalá la negra tuviese dos bicicletas para recorrer Peñalolén.

por weona

Y si hubiese ido a urgar debajo de su cama, habría pillado una caja que contenía dentro un número más de lo que él esperaba.

Pero las únicas cajitas que se abrieron, fueron la de los helados, que siguen atorados como sardinas duras del fracaso.

La única cajita abierta fue la de pandoras y rabias e iras, esa noche del viernes, en que no sé si por la pierna, o por la herida, o por lo mañosa, o por el exámen, o por quedarme sola por quererlo sólo a él, exploté sin que intentase contenerme.

Porque en vez de desactivar la bomba, atinó a puro cubrirse la cara.

Así no má navidá

Y entonces yo me di cuenta que no le estaba diciéndo nada en el fondo.
Que todas las rayas que yo estaba escribiendo sobre su cara, se las sacudía como si mis palabras fuesen las moscas de su casa.

Un ultrasonido que ni lo tocaba.
Mi voz fome formó un puente que me dejó al otro lado del río.
Y me tiró una piedra antes de salir corriendo para perderse en el forraje.
Fue el vale absoluto, amigo.

Mejor, compremos chocolates.

Yo creo que el hombre se inventa una pena aunque no la tenga
para poder darse lástima así mismo.

todo el mundo dice que vive sufriendo como nadie más
cuéntame una historia original.


Deberíamos dejarnos todos de huevadas hueonas y querernos no más.
Mañana podría cambiar de folio, y pegarle una patá a la buena onda.